No, no es el titulo de una nueva película del niño mago, ni del último experimento literario de J.K. Rowling. Con el título de este post pretendo simplemente crear el nexo de union entre uno de los enclaves más hermosos y genuinamente europeos de todo Nueva York con una de las sagas de ficción con más seguidores del planeta.
El conjunto arquitectónico de los Cloisters (o Claustros), situado en una de las zonas menos turísticas y más septentrionales de Manhattan, es sin duda un extraño oasis de paz y tranquilidad propio de otro tiempo y, sobre todo, de otro lugar. Si hay un lugar de Nueva York en el que realmente parezca que estás en el Viejo Continente, éste es. Concebido como la rama de arte europeo medieval del Metropolitan Museum (Met), el edificio que alberga los Cloisters se encuentra en el parque de Fort Tryon, un entorno idílico a orillas del río Hudson desde donde se puede divisar Nueva Jersey. Aquí desaparecen los edificios, el bullicio del Midtown y los carritos de comida rápida.
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Es un lugar precioso para visitar en otoño, en el momento en el que las hojas de los centenares de árboles que bordean ambas orillas del Hudson conforman un tapiz multicolor de verdes, pardos, rojos y amarillos.
Una vez cruzas el parque, llegas al museo. Y no falla: si eres europeo, te sientes por un momento en casa. Especialmente si eres español, francés o británico. El mayor tesoro artístico medieval de Nueva York se encuentra aquí, en una abadía fruto de diversas reconstrucciones donde se exponen y almacenan vidrieras, esculturas, tapices, frescos, jardines, mobiliario, arcos, manuscritos, ábsides, pantocrators y demás elementos propios de la Edad Media que a cualquier americano le parecerá, con razón, lo más exótico del mundo. Para un español, resulta tan familiar y tan parte de su historia y su cultura que no puede evitar una mezcla de deja vu, nostalgia y extrañeza por encontrar semejante abadía en la tierra del Empire State Building.
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| The Cloisters, o cómo viajar en el tiempo y el espacio sin movernos de Nueva York |
El museo merece la pena por los motivos ya comentados, siempre y cuando no os importe realizar un muyyy largo viaje en metro hasta llegar al mismísimo norte de Manhattan. Pero no es éste el lugar adecuado para realizar una visita guiada a los Cloisters. Para eso hay decenas de guías y blogs donde encontraréis todos los puntos de interés y trasfondo artístico y cultural que os ayudará a disfrutar plenamente vuestra a este pedazo de la Europa medieval en tierras estadounidenses.
Aquí estamos para frikear, y aunque no lo creáis, incluso en esta apartada orilla podemos encontrar una curiosa referencia a la cultura popular.
Un animal fantástico...y dónde encontrarlo
Y no es que esté precisamente escondida. La referencia cinematográfica a la saga de Harry Potter, se encuentra en una de las salas más populares del museo: los 7 tapices que conforman el conjunto La Caza del Unicornio. Una genuina obra de arte medieval, presumiblemente tejida en los Países Bajos y supuestamente encargada por la reina Ana de Bretaña, que fue comprada por el magnate John D. Rockefeller en 1922. Y qué duda cabe, llama mucho la atención. No solo por su tamaño, sino quizá por su morbosidad. Crueldad, diría yo. En lo que parece una historia con principio y final, un grupo de hombres da caza y mata a un unicornio, que posteriormente parece resucitar para terminar sus días purificando con su cuerno el agua de una fuente. Al margen de la evidente muestra de maltrato mitológico-animal, el debate ha estado abierto desde hace décadas en torno a la interpretación artística de esta historia. Siendo el unicornio un símbolo cristiano de muerte y resurección, la teoría más extendida apunta a que el pobre animal no sería otro que Jesucristo, siendo la cacería la Pasión poco antes de su resurrección. La virgen que doma al animal sería su madre, la Virgen María. A saber.
El que en una esquina de la sala encontremos un cuerno auténtico de narval aumenta la fascinación general que el visitante suele experimentar en esta parte del museo.
Bueno, basta de historia del arte. ¿Qué tienen que ver estos tapices con las películas de Harry Potter? Tanto si sois ultra fans como si simplemente habéis leído los libros o visto las películas sabréis que la figura del unicornio tiene bastante importancia en el ya considerable bestiario mitológico que se nos muestra en el universo creado por J.K.Rowling. Un símbolo de pureza e inocencia. Pues bien, resulta que para el rodaje de la sexta entrega cinematográfica (Harry Potter and the Half-Blood Prince, terriblemente traducido en castellano como Harry Potter y el Misterio del Príncipe...¿?) los responsables de la película acudieron al Met para pedir permiso para utilizar uno de los conocidos tapices en la que sería su primera aparición en el mundo del cine. Según se cuenta, el conservador del museo Peter Barnet accedió gustoso, ya que "ellos siempre habían considerado la serie de tapices como una auténtica estrella". La pieza escogida quizá sea la más emblemática de las siete: El Unicornio en Cautividad.
Como podéis ver, una reproducción de este tapiz aparece claramente reconocible en la película cuando Ginny Weasley lleva a Harry a la Sala de los Menesteres.
De acuerdo a Wikipedia, el tapiz también aparece en un capítulo de la exitosa serie Once Upon a Time...pero he sido incapaz de encontrar ninguna otra referencia que confirme este dato.
Como curiosidad, éste no es el único tapiz con unicornios inspirado en obras de arte reales que aparece en la saga. Los tapices flamencos de La Dama y el Unicornio ubicados en las Termas de Cluny del Museo Nacional de la Edad Media de París aparecen varias veces en la mayoría de las películas como parte de las Salas Comunes de las cuatro casas de magos.
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Tapiz de La Dama y el Unicornio en la Sala Común de Gryffindor |
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Si seguís con mono de criaturas mitológicas, los Cloisters no os defraudarán. Además de los unicornios encontraréis buenos ejemplos de bestias fantásticas del folclore español, francés y holandés.
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El ultimo grito en botánica
Finalizamos nuestra visita potteriana a los Cloisters con un detalle bastante interesante. En uno de los jardines de la abadía, donde se cultivan las plantas que los monjes utilizaban en aquellos años, cuál es mi sorpresa cuando veo que una de las hierbas del huerto es...¡una auténtica mandrágora!
Quizá la planta alucinógena más popular durante la Edad Media, la mandrágora ha sido durante siglos protagonista de multitud de mitos y leyendas, además de compañero inseparable de brujas y hechiceros para todo tipo de recetas y fórmulas. Por suerte, la mandrágora real difiere bastante de la reproducida en Harry Potter, y no parece que en principio el arrancarla del suelo pueda conllevar locura o muerte como consecuencia de un histérico duende.
Si eres un auténtico fan de Harry Potter y quieres hacer una ruta friki por las localizaciones donde vivió sus aventuras, ya sabrás a estas alturas que tu ciudad no es New York. Es Londres. A pesar de ello, podeis encontrar una buena cantidad de merchandising de la saga en templos del coleccionismo para todas las edades como son el Toys'r'us de Times Square [Editado: tristemente desaparecido], la legendaria juguetería FAO Schwarz, tiendas de comics de la talla de Midtown Comics o Forbidden Planet y librerias como Barnes & Noble. Curiosamente, hace años tuve la suerte de comprar por $1 el primer libro en español (Harry Potter y la Piedra Filosofal) en la venerada libreria Strand.
Como guinda final, hay una chica que organiza recorridos por el Met (el de Central Park, lejos ya de los Cloisters) donde relaciona diversos objetos y piezas del museo con el universo de Harry Potter en tours de 90 minutos por 40 $. Para que os hagáis una idea, el proximo está organizado para el 6 de Diciembre y ya no quedan entradas...¡así que debe merecer la pena! Aquí tenéis el enlace.
Gracias por leer...y que la magia os acompañe.
P.D: Voldemort. Que estoy muy loco.
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