lunes, 24 de agosto de 2020

Los Soprano: Ejecución en Brooklyn

Pocas series de televisión pueden presumir de haber alcanzado el estatus de obra de culto del que presumen Los Soprano. Tras 6 temporadas y un original final que a día de hoy continúa despertando apasionados debates, la historia del capo mafioso Tony Soprano y sus dos "familias" supuso un punto y aparte en la ficción televisiva, sentando las bases de una nueva era de producciones cuya calidad y ritmo podían igualar a las de la gran pantalla y situando al gigante del entretenimiento HBO como una garantía de éxito. 

Hablando con un vecino, tuve la suerte de enterarme de que una de las escenas más memorables y recordadas de la última temporada fueron rodadas precisamente en el edificio donde vivo. El episodio en cuestión es el número 78, el cual da inicio a la segunda mitad de la temporada 6, y os podéis hacer una idea de la ilusión que me hizo comprobar, tras un segundo visionado, que mi casa es parte de Los Soprano. 

Os pongo en antecedentes para refrescaros la memoria. Si no habéis visto la serie quizá prefiráis no seguir leyendo, ya que destripo completamente el capítulo. 

Golpe en Clinton Hill

Dicho episodio ("Soprano Home Movies") transcurre en su práctica totalidad en la majestuosa región neoyorquina de las montañas Adirondack, donde tiene lugar una incómoda reunión familiar para celebrar el cumpleaños de Tony Soprano. Durante una tensa partida al Monoply donde Tony y su hermana Janice se intercambian insultos e indirectas, Bobby Baccalieri (dueño de la cabaña y cuñado de Tony) pierde los papeles y se enzarza con Tony en una brutal pelea en la que termina imponiéndose al gangster de Montclair. Tremendamente herido en su orgullo, Tony deja claro durante el resto del fin de semana que perdió la pelea simplemente porque Bobby le golpeó a traición, y el incidente se salda, en principio, sin represalias. 

Durante los últimos compases del episodio, Tony y Bobby se escabullen para reunirse con unos canadienses y negociar con ellos una compraventa de pastillas. Tened en cuenta que el estado de Nueva York limita con Canadá en su frontera norte, por lo que es un viaje en coche perfectamente creíble. Tras llegar a un punto muerto, uno de los canadienses comenta con su compañero los problemas que le da un famliar político (su yerno, si no me equivoco). Tony aprovecha la ocasión y se ofrece a liquidar al molesto personaje como forma de endulzar el trato. Los canadienses aceptan y Tony ordena a Bobby encargarse de la ejecución...vengándose perfectamente de él por haberle humillado en la pelea, ya que sabe que el bueno de Bobby jamás ha matado a nadie y no puede negarse. 

Y es aquí donde viene lo bueno. Durante los últimos 2 minutos del episodio, Bobby vuelve a la cabaña para recoger sus cosas y parte rumbo a Montreal para ejecutar al pobre diablo. Se planta en un patio para acehar a su presa, a la que sigue hasta el cuarto de lavadoras. Bobby entra, y sin mediar palabra dispara mortalmente al joven poco antes de rematarlo mientras se desangra en el suelo. Completamente en shock, sale del cuarto, tira el arma en el pasillo y se dirige a la calle. La ejecución a sangre fría es devastadora, y marca completamente al personaje. 

Un escena impactante que no se rodó en Canadá, sino en el acogedor barrio de Clinton Hill, Brooklyn, desde donde escribo estas líneas. El patio interior y el cuarto de lavadoras son perfectamente reconocibles, ya que han experimentado muy pocos cambios desde que la serie terminara en 2007. Desde entonces, hacer la colada ha pasado de ser una molestia a una oportunidad de poner pie en una localización que ya es historia viva de la serie.

Muerte entre lavadoras

La escena comienza con estas tomas donde se ve un patio comunal, con Bobby acechando a la izquierda de la pantalla, el vecino con la bolsa de la colada en el centro y varios extras charlando al fondo. Este es el aspecto que dicho patio tiene hoy en día.



Una vez en el cuarto de lavadoras, Bobby desenfunda su pistola y  ejecuta a sangre fría a su víctima, tiñendo de sangre una de las secadoras de la derecha.



La laundry room está prácticamente igual salvo por algunos cambios menores, como el modelo de las secadoras, la ranura para monedas de las lavadoras (ahora se usa una tarjeta especial) y mi favorito, el cartel en francés que aparece en la serie para hacernos creer que nos encontramos en la Canadá francófona.



Curiosamente, el número de teléfono para averías del cartel de la entrada ha cambiado en un dígito respecto al que se ve en la serie.


El pasillo que conecta la sala de lavadoras con la calle, donde Bobby deja caer su arma mientras se aleja del lugar. De nuevo está exactamente igual, salvo por el color de la puerta.

Aquí os dejo el vídeo de Youtube con la escena completa ( a partir del segundo 33).


Pues ahí lo tenéis, rincones de mi rutina diaria que sin saberlo llevan años siendo parte del universo de una de las series con más solera y seguidores de la historia de la televisión. ¡Lo que es la vida! 

Si os interesa conocer más rutas frikis por Nueva York, no dudéis en explorar el blog a vuestro antojo

No hay comentarios:

Publicar un comentario